LA VIDA ES AQUI y AHORA

La felicidad empieza cuando tomamos la decisión de ser felices.
Ese es el primer paso y debemos estar dispuestos a darlo. Pero para que nuestro paso sea firme, y para que podamos diseñar nuestro propio camino a seguir, es necesario que primero hagamos un balance, que logremos ver “dónde estamos parados”, que descubramos cuáles son nuestras zonas luminosas que deben ser acrecentadas y cuáles las sombras leves o los pozos negros, que debemos convertir en luz de una vez y para siempre. Los balances personales suelen ser duros, pero son necesarios.
Es imprescindible conocernos y reconocernos. El simple hecho de estar vivos nos enfrenta con una posibilidad límite, pero tremendamente real. La divina incertidumbre de no saber si vamos a vivir o no el día de mañana. Hay una posibilidad muy concreta de que nos vayamos a dormir esta noche, pero también hay una posibilidad muy concreta de no despertar mañana.
Si yo me fuese a dormir esta noche y no me despertase mañana… ¿Fui feliz o no fui feliz?
Así sin gamas intermedias. No un poquito. No algunas veces. No de cuando en cuando.
A todo o nada: ¿Fui o no fui feliz en esta vida?
 Si no fui feliz y parto esta noche, ya no hay nada que yo pueda hacer para modificar lo que he vivido, pero… Si me despierto mañana, ¿Qué voy a hacer al respecto?
 La felicidad siempre estuvo en nosotros y ya es hora de recuperarla.
 ¡Pero ahora! ¡Ya! Espiritualidad práctica, no dentro de diez años.

Ser feliz no significa que todo sea perfecto, quiere decir que has decidido ver más allá de las imperfecciones
 Vamos! que la vida es aquí y ahora!